Mi Confianza Está Puesta En El

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Salmo 42:1-5

Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser.  Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios?  Mis lágrimas son mi pan de día y de noche, mientras me echan en cara a todas horas: « ¿Dónde está tu Dios?»  Recuerdo esto y me deshago en llanto: yo solía ir con la multitud, y la conducía a la casa de Dios. Entre voces de alegría y acciones de gracias hacíamos gran celebración.  ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!

PIENSA:

Alguna vez te has sentido en una ansiedad profunda, no sabes que hacer, tu mente se llena de pensamientos negativos, piensas que no hay una salida, sientes una opresión fuerte en tu pecho y no entiendes por qué quieres llorar, gritar, dices que no puedes más y te preguntas ¿Por que te pasa todo esto? y te cuestionas ¿donde está Dios?.

El salmista nos relata en los versículos del 1 al 5, como sus palabras son las de un hombre DESESPERADO y nos muestra que se encontraba en una PROFUNDA ANGUSTIA, ya que estaba siendo perseguido y se encontraba en PELIGRO DE MUERTE, Su alma estaba sedienta por buscar a Dios como la única fuente de SALVACIÓN y su único SOCORRO!

ÉL salmista se hizo 2 preguntas que hoy querido amiga o amigo puedes hacerte.

¿Por que voy a inquietarme?

¿Por que voy angustiarme?

En Dios pondré mi esperanza. David es nuestro mejor ejemplo y nos lleva a reconocer que Dios es nuestra esperanza y nuestro salvador y que aún por encima de todo lo alabaré. 

EL PUEDE SANAR TODA HERIDA EMOCIONAL EN TU VIDA  y de esto te puedo ser testigo. 

Amiga o amigo esto que estás sintiendo. esa tristeza, esa depresión, esa ansiedad o angustia se irá.

Solo entrégale tus cargas, emociones y clama a Dios reconociendo que él es el único que puede sanarte, Esperando en él, por qué la esperanza produce gozo en nuestro sufrimiento, Dios es nuestro único consuelo.

NUESTRO ÚNICO ANTÍDOTO ES CONFIAR EN ÉL.

ORA:

Señor Jesús, hoy me entrego a ti y dejos en tus manos todas mis cargas, deseo aprender a confiar en ti en todo momento.

Melissa Molina