Barro en sus manos
- Oramosportioficial
- 16 dic 2020
- 3 Min. de lectura
ESCUCHA
Jeremías 18:1-8
Este es el mensaje que el SEÑOR le dio a Jeremías: «Levántate y baja a la casa del alfarero. Cuando estés allá, te daré mis palabras para el pueblo». Así que bajé a la casa del alfarero y vi que estaba trabajando en el torno. Estaba haciendo una vasija de barro, pero se le dañó, así que empezó de nuevo con el mismo barro e hizo otra vasija que le quedó tal como quería. Y me llegó este mensaje del SEÑOR: «Pueblo de Israel, ¿es que no puedo yo hacer contigo lo mismo que hizo el alfarero con el barro? Ustedes, pueblo de Israel, son en mis manos como el barro en las manos del alfarero, dice el SEÑOR. Podrá llegar el momento en que yo anuncie que expulsaré a una nación o a un reino o que lo voy a destruir, pero si esa nación a la que amenacé deja de hacer el mal que estaba haciendo, entonces yo también dejaré de enviarles el castigo que tenía planeado para ellos. Y tal vez pueda decidir qué voy a construir y hacer progresar a una nación o a un reino.
PIENSA
El alfarero tiene que tener una técnica especial para trabajar con el barro, para esto debe centrar el barro para poder tener un equilibrio, es decir, Dios equilibra nuestras vidas cuando decidimos en nuestro corazón aceptarle, después el alfarero mete sus dedos en el centro aplicando unas cuantas gotas de agua; no puede dejar que el barro se seque por eso pone todo su empeño en la pieza formando un cilindro, se concentra en crear su hermosa pieza poco a poco. Este pedazo de barro va tomando forma y lo que comenzó siendo una simple bola de barro va tomando forma agradable ante los ojos de los espectadores y su creador, con mucho cuidado, paciencia pero sobre todo amor va moldeando para que cada vez se vuelve más delgada la capa de lo que será una gran obra en sus manos; a veces no entendemos los planes de Dios para nuestra vida, creemos que el trato es de Dios para con nosotros es duro pero el propósito de Dios siempre va ser de bien y no de mal; la rebelión, el orgullo, el ego del pueblo de Israel, es decir, usted y yo hace que el alfarero tenga que destruir la pieza y todo vuelva a comenzar siempre y cuando nosotros volvamos a sus pies reconociendo nuestro pecado y con humildad aceptemos nuestros errores dándole todo el honor y la gloria a quién tiene el poder y la autoridad de formar nuestro ser.
Todo parte de lo mucho o poco que dispongamos nuestro ser para Dios, que nos corrige y nos muestra su amor por medio de la formación a su imagen y semejanza y renunciar a la condición de pecado heredada por nuestros ancestros a la cual tenemos que renunciar para poder ser bendecidos
ORA
Dios hoy te pido que me destruyas si es necesario, que trabajes en cada área de mí vida y en la vida de las personas que leen este devocional que tú pongas el sentir en cada uno de nosotros de renunciar al yo para que tú seas el que tenga el control de nuestra vida en el nombre de Jesús amén y amén.
留言