Obediencia a mi autoridad

ESCUCHA

Jeremías 27:6-9 PDT

Y ahora he entregado todas estas tierras en manos de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia. Le he entregado hasta los animales salvajes para que estén a su servicio. Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo y a su nieto hasta que también a él y a su tierra les llegue el día en que sean sometidos por muchas naciones y grandes reyes. Si alguna nación no sirve a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y no se somete al yugo del rey de Babilonia, yo la castigaré con guerra, hambre y enfermedad, dice el SEÑOR. La castigaré hasta que la tenga bajo su control por completo. »”No escuchen a sus profetas, a sus adivinos, a los que reciben mensajes en sueños, a sus videntes y a sus hechiceros que les dicen que no se sometan al rey de Babilonia

PIENSA

Podemos evidenciar cómo desde el momento que Dios le habla al profeta Jeremías, para que extendiera una orden a los demás reinos su obediencia fue inmediata. A los demás reyes les dejó claro el sometimiento ante su siervo Nabucodonosor, quien era el que iba a gobernar sobre todos ellos, también les advirtió lo que podía pasarles si escuchaban a otros profetas, hechiceros y demás consejos.

Pensando en esto quisiera que juntos meditáramos acerca del respeto y obediencia a nuestras autoridades, principalmente a Dios que es nuestra mayor autoridad. Pero como también lo hacemos con nuestros pastores y líderes, será que si, acatamos con diligencia sus órdenes o sugerencias, O somos orgullosos a la hora de responder y pensar según a nuestra manera de querer hacer las cosas. O solo vemos a nuestras autoridades como del COMÚN.

La palabra hoy me enseña a que debo someterme, respetar y obedecer a mis autoridades espirituales. Hoy quiero invitarte a que si en momentos los has deshonrado con querer hacer tu voluntad y no la que Dios quiere mostrarte primeramente por la palabra, como también por medio de tus Líderes espirituales, le pidamos juntos perdón al señor y retomemos nuevamente nuestra obediencia.

ORA

Señor Jesús, hoy me arrepiento por mi orgullo, porque he visto tal vez mis autoridades sin el valor que ellos merecen como tus siervos, perdón por ser irrespetuos@ y no acatar lo que me hablas a través de sus vidas. Ayúdame a partir de este momento a ser obediente y diligente frente a TODA autoridad, en el nombre de Jesús Amén.